Empezaré desde el principio.
Mi amigo Paco sentía una atracción malsana hacia los cadáveres. Cada vez que veía uno en los sucesos de la televisión o en los periódicos que él coleccionaba se le volvían los ojos chispeantes.
Así que decidí darle una lección.
Yo encontré trabajo en un hospital, donde están los muertos para hacerles la autopsia. Así que decidí avisar a mi amigo Paco:
-Paco, soy Juan, ya sabes donde trabajo ¿te quieres venir conmigo a ver eso que te gusta tanto?
-Juan, ¿lo dices en serio? Pues claro…
-Vale. Espérame a las 04:00 de la madrugada en el hospital, en el banco principal…
-Vale, ahí estaré.
Nos encontramos y lo llevé por los recovecos del hospital, donde nadie podía vernos. Entramos en la sala de autopsias:
-¡Esto es increíble! Mira éste, lleva muerto cinco días, y mira éste otro tan solo dos, y mira éste acaba de morir, esto es fantástico…¿Cómo puedo agradecértelo?
-Así…
Sentí un fuerte dolor en la cabeza. Me levanté y vi que tenía una etiqueta en el pie, como los cadáveres que había visto. Me sentía como confuso, perdido. Había perdido la noción del tiempo y el espacio, no sé qué hacía ahí y por qué. Solo hacía que caminar por la sala. No veía a nadie, en cambio, oía a gente decir que había un espíritu donde yo estaba, solo que yo no veía a ninguno. Seguiré caminando por aquí, sin saber por cuánto tiempo, ni cómo ni donde…, ni por qué.
Jose Arlandi Diaz-Pavon
Dibujo Original: Taller de dibujo
Jose esta genial, me gustan los giros que da la historia, es muy chulo, tienes talento.
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escribes muy bien
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Gracias, Sara, tú también tienes mucho talento…
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Es morboso, original e interesante a la vez.Creia que era copiado. Eres listo.
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me parece una historia o cuento muy extraño
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