Balanceando mis brazos,
acuné al niño que se fue
y ya no es.
Cayó una hoja,
al estanque aquel,
donde juegos de niña
me convirtieron en mujer.
Una pluma de ángel,
de papel,
el hombro desnudo
me rozó, el día aquel,
piel a ras de piel
y te besé,
te besé en los labios,
como solo hace una mujer,
compañera de viaje…,
y mira tú por donde,
una noche oscura,
sin mágica luz de luna
él se fue,
no se fue a los brazos de otra mujer,
se fue donde sol y luna pasean de la mano
junto a Él,
Él Señor de los cielos,
me arrebató lo que más quiero y
hoy mi alma resquebrajada,
navega cual barquito de papel
por los recuerdos de vida,
pasados con él,
el amor de mis entrañas,
el padre de mis hijas,
daría todo y no tengo nada
por tenerlo de nuevo a mi lado
pero eso es una utopía,
utopía es ahora
mi vida,
en la soledad, se mecen las olas en el mar,
en la soledad, aspiro a resurgir como el ave fénix,
de nuevo otra vez y recomponer los trozos rotos
de mi vida de papel,
papel que rozó mi hombro desnudo
como la pluma de un ángel bello
aquella vez,
aquella vez que ya no es;
si prometo que volveré a rescatar mi vida,
no como la que tenía,
pero aun queriendo marchar,
se que ya es hora de volver,
alguien rozó mi hombro desnudo
con la pluma de un ángel
de papel.
Dame la mano,
que quiero recomponer mi vida,
con estos trozos de papel,
y llegó el Ángel
y lo besé, lo besé
como lo besé aquella primera vez,
antes de que se fuera,
en una noche oscura,
y sin mágica luz de luna,
pues papi es ahora,
un Ángel con plumas
de papel.
MARILÓ GARCÍA MARTINEZ 20/03/2023
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